Del lobo a tu sofá: una pequeña crónica de la domesticación y evolución del perro
La primera vez que mi perro me miró directo a los ojos, sentí algo casi prehistórico, como si cruzara un puente invisible hacia otras eras. Quizás era la misma sensación que experimentó algún cazador nómada, miles de años atrás, al toparse con un lobo curioso junto a su fogata. Hoy te invito a explorar esa chispa de conexión que cambió para siempre a lobos y humanos, y a descubrir por qué, de todas las especies, solo los perros se ganaron un lugar a nuestro lado... y en nuestro sillón favorito. I. El primer cruce de miradas: lobos junto a la hoguera Cierra los ojos por un momento e imagina la escena. Hace entre 15,000 y 40,000 años, en algún rincón inhóspito del mundo, la noche cae sobre una pequeña tribu de humanos nómadas. El viento sopla, las sombras bailan al ritmo de una hoguera que chisporrotea, y el frío parece colarse hasta los huesos. En ese instante, al borde de ...